Estamos viviendo tiempos profundamente inquietos e inquietantes, tanto en nuestro mundo como en nuestro país. Muchos en los Estados Unidos, y estoy seguro de que esto incluye a un buen número de nuestros frailes, están horrorizados por la dirección que la administración en Washington está persiguiendo furiosamente a un ritmo tan vertiginoso. Sé que muchos están hambrientos de una visión alternativa para nuestro futuro que resuene con el Evangelio y traiga luz y esperanza a nuestros tiempos.
Quizás fue una coincidencia, o quizás fue algo más, pero en la noche del discurso del Estado de la Unión encontré en mi bandeja de entrada de correo electrónico una carta que el Papa Francisco había publicado, incluso mientras estaba en el Hospital Gemelli recuperándose de una doble neumonía. Titulada "¿El fin del mundo? Crisis, responsabilidades, esperanzas," (enlace) es la súplica del Papa Francisco a la Pontificia Academia para la Vida para una respuesta a lo que él llama la "policrisis" en la que estamos envueltos. En sus palabras, "la naturaleza dramática de la coyuntura histórica que estamos presenciando actualmente, en la que convergen guerras, cambios climáticos, problemas energéticos, epidemias, el fenómeno migratorio y la innovación tecnológica."
Mientras leía el esquema del Papa Francisco sobre los pasos necesarios para responder a nuestra "policrisis" actual, me invadió el deseo de escuchar voces Franciscanas que pudieran "reformular" nuestro contexto presente con una lente interpretativa Franciscana y ofrecer sugerencias concretas sobre cómo podríamos responder a los problemas urgentes de nuestro día como Franciscanos.
Así nació esta serie de reflexiones mensuales sobre las respuestas Franciscanas a los signos de nuestros tiempos: análisis Franciscanos de algunas de las crisis que estamos enfrentando y sugerencias para acciones prácticas que nos ayudarán a permanecer alineados con el Evangelio y ser testigos de esperanza y profetas de un futuro alternativo.
¿Cuáles son los pasos necesarios que el Papa Francisco describe en su carta?
Primero, examinar con mayor atención la forma en que entendemos nuestro mundo y el cosmos, para transformar las conciencias y las prácticas sociales.
Segundo, revisar profundamente los parámetros que usamos para entender la antropología y la cultura.
Tercero, evitar la adopción de la desregulación utilitaria y el neoliberalismo global que puede equivaler al Darwinismo social, es decir, que la ley del más fuerte sea la única ley.
Cuarto, considerar más profundamente la relación y la interdependencia entre todas las cosas, viendo a los seres humanos como integrados y conectados con todo el ecosistema de seres vivos.
Quinto, entender que la plenitud de la vida está intrínsecamente ligada a una unión vivida con otros, es decir, para convertirnos en individuos debemos ser parte de un "nosotros" más grande.
Sexto, apreciar la necesidad de organizaciones internacionales que provean el bien común global, la eliminación del hambre y la pobreza, y la defensa de los derechos humanos fundamentales.
Con fraternos mejores deseos y esperanza de oración para una temporada de Cuaresma transformadora.
Lawrence J. Hayes, OFM
Ministro Provincial
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